La escena: la última gota del vino derramándose sobre el papel blanco coloreado que llamamos etiqueta, dejando una marca de paso , el vino el mismo sabor que ha vuelto loco a millones de generaciones; esa fruta destilada con saber dulce y amargo, con un efecto melancólico con sensación nostálgica. Bebida manipulable, cuando entra a tu paladar y dejas entrar un soplo suave de viento hacia el interior de tu garganta, el sabor del vino es transformado, intensificado. Una copa de vino casi entrelazada en mis dedos a punto de ser consumida, a punto de convertirse en la última gota es una sensación bella. Así es el vino. Son bebidas enigmáticas casi fantásticas, que punzan sabores entre tus dientes, entre la campanilla y la punta de la lengua. Es halo vaporoso de la Temporalidad algo embriagada.
esto fue escrito para Robes
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